La afectividad en los escritos educativos de Pedro Grases # Dr. Luis Eduardo Cortés Riera Resumen -En el presente trabajo mostraremos, utilizando el Análisis del Discurso de Teun Van Dijk y Adriana Bolívar, la relación que existe en los escritos educacionales de Pedro Grases con la afectividad, lo cual es, a nuestra manera de ver, un vínculo demasiado estrecho e indisoluble, a tal punto que sin uno de ellos, educación y afectos, el discurso del maestro catalán y venezolano por adopción, resultaría poco menos que incomprensible. El notable interés por el afecto nace en nuestro autor de la experiencia traumática sufrida por consecuencia de la Guerra Civil española, lo que le permitió entender el profundo sentido formativo de tal sentimiento al llegar a Venezuela en 1937, donde realizó una ciclópea labor de rescate de nuestra historia y coetáneamente ejercer un brillante magisterio afincado en los afectos, todo lo cual deriva de un proyecto humanista y laico frustrado allá en la Península, y al cual dio continuidad el Maestro en Venezuela y en el continente americano. Palabras claves : Educación, afectos, Guerra Civil española, humanismo, laicidad, Análisis del Discurso. I. # DESARROLLO i existe una persona que resuma y exprese afectos, amor y cariño en sus escritos educacionales, ese es el humanista de origen catalán Pedro Grases (1909Grases ( -2004)). Autor de una portentosa e inmensa producción intelectual, unos 18 volúmenes hasta 1989, que lo hace merecedor del título de Gran Redescubridor de nuestro acervo cultural venezolano impreso, en trabajos que van desde los estudios bellistas, estudios bolivarianos, Emancipación, Maestros y amigos, la imprenta en Venezuela, Estudios bibliográficos, Ensayos y reflexiones, Cataluña, entre otros, los que sumados dan un aproximado de unas 10.000 páginas, hacen de Grases unos de nuestros más prolíficos autores de todos los tiempos, logro alcanzado en su larga existencia a base de constancia, disciplina y amor por las humanidades, nuestra tradición cultural hispanoamericana, y un encendido afecto por la patria de su adopción: Venezuela. En efecto, llega a nuestro país muy joven, aventado a las costas de Venezuela a consecuencia de la dolorosa Guerra Civil española, portador de una ya notable y consistente formación en letras y derecho, así como una breve pero valiosa pasantía por instituciones de gobierno en Cataluña. Nuestra hipótesis de trabajo Author : República Bolivariana de Venezuela, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico Barquisimeto Luis Beltrán Prieto Figueroa, Dirección de Investigación y Posgrado, Seminario : Análisis del Discurso, Responsable del Seminario : Dra. Adriana Bolívar tiene como fundamento la afirmación de que Grases vuelca y derrama sobre este continente americano de larga tradición en lengua castellana, los valores y virtudes de un proyecto truncado allá en la Península, el de la República española, esto es, sus amplitud democrática, la búsqueda de nuevas libertades, laicismo en un medio cargado de dogmatismo religioso, la posibilidad de un encuentro con la Europa que se afinca en la tolerancia y el reconocimiento de las diferencias, en suma la idea de romper la muralla cultural que separa a España del resto del continente y que la mantiene en un estado de parálisis y letargo. Tal amputación logrará, empero, que las energías vitales de este singular y maravilloso personaje se concentren en este lado del Atlántico, y especial, en esta Tierra de Gracia, el país de los libertadores del continente. Cuando en su tierra natal baja el telón de la intolerancia y el fanatismo, en nuestro país se asiste a la alborada de un nuevo tiempo, que queda condensado en las # METODOLOGIA La metodología a emplear en esta investigación se centra en aplicar el análisis del discurso de Van Dijk y Adriana Bolívar a la obra de Pedro Grases contenida en los Escritos Selectos. Biblioteca Ayacucho, 1898. Caracas. Pp. 510., pero sólo aplicaremos tal metodología a los escritos educativos del autor. En ellos examinaremos las propuestas educacionistas y su íntima relación con la afectividad, pues Grases siempre mostró un vivo interés por el "problema educacional en Venezuela", al tiempo que toda su actividad está orientada hacia la preservación y trasmisión de conocimientos. Grases tiene un objetivo fundamental: la concepción de una pedagogía puesta al servicio de la educación del pueblo venezolano, el hecho educativo es una concepción de vida para este ilustre inmigrante. Las categorías de análisis que aparecieron como recurrentes en la obra de Grases y que constituyeron los conceptos clave para el análisis del discurso graseano fueron: entusiasmo apostólico, vibrante vocación, brillo de exaltación, ganas de ser eficiente, placer de educar, deseos de enseñar, humildad, respeto a sí mismo, discreción, alegría. Estas categorías se identificaron en los escritos del autor referidos a su vasta experiencia educativa en todos los niveles, a excepción de la primaria, y que hemos referido más atrás. Sin tener una formación pedagógica, empero, hace del hecho educativo una piedra angular de su larguísima y fructífera praxis. Estas categorías se identificaron en la experiencia personal educacionista de Grases, tanto en España como en Venezuela y el continente americano. Allí podemos observar la presencia de un hombre formado en las humanidades clásicas grecolatinas y del Renacimiento, amén de su pertenencia a Cataluña, una región española conocida por su distintivo ethos derivado de su lengua, su impresionante historia como potencia económica y política mediterránea, así como su orgullo nacional que se expresa con ímpetu y fuerza a comienzos del siglo XIX con el movimiento de la Reinaixenca que persigue la restauración de la lengua , literatura y cultura catalanas, movimiento contemporáneo al Romanticismo que invade a Europa. Este fértil escenario es el que el joven Grases vive su intensa juventud, donde se inscribe con emoción y denuedo al movimiento por la Cataluña liberal, laica, republicana. Como hemos dicho atrás, esta enorme expectativa de redención nacional se habrá de cortar abruptamente y por la violencia al estallar la Guerra Civil española con el levantamiento de las tropas del general Francisco Franco Vaamonde en 1936. Nosotros, dice Grases, pertenecemos a una generación española trunca y rota por la guerra civil. Con los compañeros de mi tiempo, vivimos el entusiasmo de un servicio público, al proclamarse la República tardía de 1931. Veíamos la posibilidad de arrimar el hombro a una empresa liberal por la que sentíamos el más decidido fervor. Pero nuestro autor no desfallece ante la tremenda adversidad histórica que sufre España y toda Europa en aquellos terribles años, pues el exilio le hará escribir: El que llega a suelo de emigración y en él puede establecerse, deja de ser desterrado, pues dispone de un punto de apoyo para estar en el mundo. O sea, adquiere una nueva tierra. Pero mantiene su condición de exiliado, mientras no se produce la adhesión espiritual, el arraigo o la entrega afectiva a una segunda sociedad. Tal es la médula de nuestra argumentación para examinar el discurso graseano: un afecto truncado en España que nuestro autor compensa derramándolo sobre suelo americano y en particular, su patria de adopción, Venezuela. Una vez identificadas las categorías de análisis y su posterior definición las rastreamos en los escritos educativos del autor. La alta frecuencia, recurrencia y sistematicidad en que tales categorías aparecen en sus escritos, permite descubrir una propuesta orgánica y coherente sobre la educación de la afectividad. # III. EDUCACIÃ?"N Y AFECTIVIDAD Fiel a su formación humanística, habrá de recalcar Grases de forma reiterada su vocación educacionista iniciada en 1932, y a la que entregó la mayor parte de su larga existencia. Su propuesta pedagógica la recogemos de un discurso en un medio universitario: Estamos presenciando en el mundo entero un deterioro trágico de la calidad de vida, que solo ha de hallar remedio a través de la educación, particularmente la educación superior, a base de una nueva filosofía humanística que estabilice las conciencias y renueve los principios éticos de la solidaridad entre los hombres y las vivencia de las normas de la justicia social. Debemos volver a edificar los fundamentos sociales que solo proporciona la educación, para restablecer la reverencia a la autoridad moral, que parece haberse perdido. En nuestro autor hemos encontrado un rasgo que hace de su discurso un ejemplo paradigmático de humanismo laico, influenciado por un documento fundamental y que hará época, el Manifiesto Humanista de Chicago, firmado en 1933 por 34 intelectuales norteamericanos, entre ellos John Dewey, conocido y cultivado en España durante el régimen de la República, y que se debe entender como una propuesta de interpretación racional del mundo, descartando lo sobrenatural y metafísico. Es una forma de humanismo religioso pero no teísta, que asume una actitud escéptica y crítica ante los dogmas de cualquier f discusión democrática, la evidencia factual, los sistemas éticos ajenos a tintes místicos y religiosos, separación Iglesia-Estado, legislación laica. De los libros, que son su profundo amor, y de las bibliotecas, su lugar natural, dirá Grases: Ha de ser refugio para la persona, donde el dialogo sea feliz y el pensamiento ha de andar a echar en sosiego y recogimiento, en vez del clima de crispación que se ha adueñado de las sociedades que viven sin alegría y profundidad ante la armonía de los progresos del saber humano. Más adelante refiere que: Cuando el núcleo de la labor universitaria es la biblioteca y no el aula, desaparece entonces todo riesgo, todo peligro, todo desliz hacia la oratoria y hacia la facilidad de exposición, para convertirse entonces en lo que debe ser el alma de la más elevada formación: de esa chispa, de ese veneno, de ese contagio basado en la comunicación entre profesor y alumno, en la convivencia del maestro y del discípulo. De la Biblioteca y de los libros, sus grades amores, motivo de su existencia, escribe Grases encendidas palabras: Cuando en la formación de estudiosos de rango superior la enseñanza se realiza con la consulta inmediata alrededor del libro, alrededor de la fuente de documentación directa, alrededor de la referencia, nace entonces esa comunión maravillosa entre profesor y alumno y lleva sobre pasos seguros la educación del futuro investigador o meditador en el campo de las humanidades. Para ello propone nuestro autor un cambio sustancial entre la exposición oratoria y el laboreo directo sobre fuentes de documentación. Se refiere a lo que en el mundo anglosajón se llama office hours, las horas de consulta existentes en todas las universidades alemanas, Francia y Estados Unidos. En las office hours, agrega, es donde cuaja precisamente la labor de enseñanza, en donde se realiza el contacto del profesor con el alumno. De la relación docente discípulo, hoy casi perdida, seguirá diciendo: el maestro debe llegar al alma del educando con mayor pujanza formativa, con la formulación de un consejo oportuno. Resalta Grases "la sencillez de lo perfecto: el mayor saber y el mayor valer humano, van siempre acompañados de la mayor generosidad y humildad". De su experiencia personal como joven educador recién llegado a Caracas en 1937 evoca: "?hoy con grandes locales y laboratorios, grandes edificios con excelentes bibliotecas (incipientes, pero bibliotecas) y con espacios generosos destinados a la enseñanza, inclusive con Ciudad Universitaria, estoy persuadido de que la enseñanza venezolana no está mejor-cualitativamente considerada-que en los tiempos heróicos posgomecistas de 1937. Ha perdido un elemento esencial, que en esa época se poseía sobreabundantemente: el entusiasmo apostólico por ser educador y la vibrante vocación estudiantil. Había un brillo de exaltación en los ojos de maestros y profesores, que suplía con creces la falta de comunicación y la escasez de útiles auxiliares. De la profesión docente en aquellos difíciles años dirá palabras cargadas de afectividad, emotivas: "Las ganas de ser eficiente en la docencia superaban las condiciones impropias de trabajo, los locales, el aparato instrumental, la pobreza de elementos se compensaba con el placer de educar y los deseos de enseñar en pro del mejoramiento de la juventud. A continuación tiene el Maestro Grases duras palabras para los sindicatos: A mi juicio, la profesión sindicalizada ha estropeado la esencia misma de la tarea pedagógica. En general, hoy predomina la aspiración a la organización gremial, a la vida política menuda, localista, con fines discutibles, con relativa altura de miras. Lo señalo como hecho dramático generalizado en el país, aunque naturalmente haya excepciones." Sigue refiriéndose a la profesión de educar, hoy ganada para el sustento diario, de la siguiente manera: "Cuando la profesión coincide con el gusto de ejercerla, deja de ser trabajo, por lo menos en el sentido de castigo impuesto a la humanidad. Y ser profesor es, más que una tarea penosa, un glorioso placer. El trato de la juventud debería ser obligado para toda persona mayor. Es fuente de revitalización de ideas y sentimientos. La atención de ustedes en la clase, sus reacciones, sus travesuras y sus trascendentes ingenuidades, son para nosotros una lección diaria para captar el íntimo sentido de la vida. Si a esto se añade la conversación fuera de la clase y la amistad nacida del entusiasmo, como siempre he notado en ustedes, entonces el goce de la profesión se enriquece con el provecho de la más rica comunicación humana." De su experiencia como inmigrante, sacado por la violencia y la intolerancia de su Patria escribe en tonos llenos de emoción: Las desventuras personales tienen gran valor formativo. Cuando la vieja pedagogía pontificaba que "la letra con sangre entra", andaba más o menos cerca de la verdad: la de que el dolor educa.(?) Antes que la guerra de la Península nos obligara a conocer otras tierras, estimaba en más la exactitud científica que la bondad humana. Para mí mismo buscaba el saber, sin reparar en cualidades éticas. Después he comprendido que la vida es más rica y más sabia si la preside la bondad del trato y la generosidad del alma, puesto que sin la buena gente no habría llegado nunca a rehacerme del estropicio de tantas calamidades. Es por ello que dirá de su país de adopción que: "Y en la nueva tierra de Venezuela, aprendí de veras cuánto significa una mano amiga que nos devuelva la paz, y cuánto vale un corazón comprensivo que nos regale ideas y nos aconseje por el buen En otra parte, Los Signos del Saber, expondrá nuestro autor los tres requisitos fundamentales e indispensables, de los que se olvida el hombre de letras de nuestro tiempo: 1º) La humildad; 2º) El propio respeto; 3º) La discreción. A la falta de humildad hay que achacar estas tremendas palabras de Humboldt: ?el reproche que se hace a las ciencias de excitar alarmas que ellas mismas después no pueden sosegar, no carece de fundamento. Sobre el respeto a sí mismo, que con tanta frecuencia pone a cualquiera a riesgo del menosprecio ajeno, lo veo, dice Grases, ensalzado en esta sentencia de Bello: "el más precioso de los bienes humanos es la reputación y buen nombre." Y por último de la carencia de discreción, escribe que ella se ha perdido en la cultura moderna. Para ilustrarnos sobre tan fatal carencia emplea un relato de la sabiduría oriental, el Panchatantra: cuatro hermanos brahamanes se tenían el mayor afecto. Tres de ellos se habían instruido en todas las ciencias, pero carecían de discreción; el cuarto no había estudiado pero era muy discreto. Los tres hermanos instruidos logran resucitar con su ciencia a un león muerto. El cuarto hermano les dice: es un león. Si les dan vida nos matará a todos. Acto seguido se sube a un árbol mientras el león cobra vida y salta sobre los tres hermanos matándolos en el acto. Moraleja: Más vale discreción que tal ciencia; la discreción es superior a la ciencia. El que carece de discreción parece como los hacedores de leones. De modo pues que estamos en presencia de un ser maravilloso, como lo entendía Abraham Maslow, que se ha propuesto armonizar la educación meramente intelectual y la educación de la afectividad para alcanzar una mejor educación del carácter. Han actuado en esta manera de pensar la formación de Grases en literatura en su Cataluña de nacimiento, donde hizo lecturas de los clásicos españoles: Garcilaso y Juan de la Cruz, Miguel de Unamuno, Azorín, Federico García Lorca, Benito Pérez Galdós, Rafael Alberti, José Ortega y Gasset, entre otros, los grandes artífices del humanismo español de todos los tiempos. A su llegada a Venezuela, "siendo fiel a sí mismo, sin dar cabida al despecho", se hará un lugar eminente en nuestras letras, reconocido por figuras cimeras de nuestra intelectualidad tales como enrique Planchart, Luis Correa, Miguel Segundo Sánchez, Eloy G. González, Pedro Manuel Arcaya, Julio Planchart, Pedro Emilio Coll, Santiago Key Ayala, Mario Briceño Iragorri, Monseñor Nicolás E. Navarro, Vicente Lecuna, Cristóbal Mendoza, Augusto Mijares, Mariano Picón Salas, Rafael Caldera, Luis Villalba Villalba, Arturo Uslar Pietri, lo que se ha llamado, dice Grases, "la vieja madera", en trance de lamentable extinción en los tiempos actuales. Son los intelectos que nos han guiado en los azares de este siglo XX que recién hemos dejado atrás. Toda esta rica, magnifica experiencia vital, rodeado de pesares y dolores en su patria catalana y española, se verá compensado con su llegada a Venezuela, país en donde logrará el portento de sacar a flote desde las procelosas aguas del olvido nuestro acervo cultural sepultado y disperso en repositorios y bibliotecas de América y Europa. Coetáneamente se construirá una concepción, una idea del hecho educativo firmemente anclada en la afectividad, el cariño y el amor. IV. # CONSIDERACIONES FINALES Pedro Grases es, a no dudar, un educador extraordinario que llegó desde su país de la manera más abrupta y desdichada, huyendo de los desastres de la Guerra Civil española. Sin embargo se armó de un coraje y una determinación únicas, pues hizo de la desgracia del destierro una fortaleza al asumir como suya la patria venezolana como suya. Desarrolla entre nosotros desde su arribo en 1937 una labor civilizatoria impresionante como recopilador y ordenador de buena parte de nuestro excepcional pasado histórico en los tiempos de la Emancipación suramericana y en el siglo XIX. Labora en casi todos los niveles educativos, a excepción de la primaria, en donde da muestras de un magisterio basado fundamentalmente en el afecto y en la comprensión entre el maestro y el discípulo, base fundamental en el estudio de los saberes humanísticos. Esa relación mutua, cargada de sentimientos y afectos, es la llave y la clave para la formación de humanistas en la grandiosa tradición cultural en lengua castellana. Es por ello que hemos dejado para el final comentar que el maestro Grases en 1946 rechazó la oferta de permanecer fijo como visiting professor en la muy prestigiosa Universidad de Harvard en los Estados Unidos, pero elige volver a Venezuela, ante el asombro de colegas y autoridades. Sus palabras de justificación sobre aquella preferencia inaudita suya son: Mi replica la fundaba en el deber de la vuelta a caracas, de donde había salido con licencia de un año que me fue prorrogada por otra anualidad, y también-¿por qué no decirlo?-a causa de que a mi juicio el hispanismo de América del Norte puede alcanzar grandes niveles de erudición y conocimiento, pero no entenderá nunca el íntimo espíritu de las creaciones hispánicas, tan distantes de la idiosincrasia norteamericana. Preferiría dedicarme a la enseñanza en un pueblo más cercano y similar al mío, original. Esta lección de desprendimiento, pocas veces vista, es, a nuestro parecer, la clave para entender la "imparidad del destino americano", según la expresión del Rector de la Universidad Central, Juan Oropesa. La cultura de signo anglosajón, blanca y protestante carece de la impronta f Global Journal of Human Social Science Volume XII Issue II Version I # 16 La afectividad en los escritos educativos de Pedro Grases. emotiva, cordial y llena de afectos que de sobremanera tiene nuestra cultura en lenguas romances y mediterránea, que ama, llora, sufre y es feliz a través de esos portentosos vehículos de comunicación, de correspondencias y vínculos que son las lenguas castellana y portuguesa. Solo así y de tal manera, encuadrándolo en el prodigioso escenario de la cultura hispanoamericana, se hace comprensible el discurso graseano de la educación en la afectividad, pues la Europa nórdica a asumido la modernidad en torno al individualismo burgués, estado de ánimo frío e impersonal ajeno y extraño a nuestras nacionalidades al sur del Río Grande. Debemos para finalizar entender que el humanismo del maestro Pedro Grases, es un humanismo laico, en la mejor tradición que viene de los antiguos estoicos, Séneca y Epicteto, de los pensadores de la modernidad, tales como Montaigne, Voltaire, Diderot, Kant o Nietzsche, en tal sentido es un humanismo contrario a todo dogmatismo y extraño a cualquier interpretación metafísica y sobrenatural del destino humano, todo lo cual le confiere dignidad y autonomía al individuo al dotarlo de libertad de elección, pensamiento y conciencia. # FUENTES CONSULTADAS -January © 2012 Global Journals Inc. (US) La afectividad en los escritos educativos de Pedro Grases.camino. Los problemas intelectuales quedan resueltos en la mejor forma: humanizados. Y así es posible hasta reanudar las antiguas ilusiones." -January 18 January 2012 © 2012 Global Journals Inc. (US) © 2012 Global Journals Inc. (US) ## This page is intentionally left blank La afectividad en los escritos educativos de Pedro Grases. Global Journal of Human Social Science Volume XII Issue II Version I * Una metodología para el análisis interaccional del texto escrito. Boletín de Lingüística, nº 19. Caracas Bolívar Adriana 1995 * Ocho pecados capitales del historiador. Homenaje a Eric Hobsbawm en sus 90 años CortésRiera LuisEduardo Disponible en internet * Biblioteca Ayacucho, Nº 144. Caracas PedroEscritosGrases Selectos 1989 510 * Disponible en internet ManifiestoHumanista Chicago 1933 * MaríaNieto Y Otero Jesús La educación de la afectividad en los escritos de Augusto Mijares. Disponible en internet * La afectividad en la comunicación política MaríaNieto Y Otero Jesús Doctorado en Estudios del Discurso, Universidad Central de Venezuela. Caracas, s.f. Disponible en internet * El análisis crítico del discurso Van Dijk Teun 1999 Barcelona En: Antropos, Nº 186 * Cataluña en la España moderna. Editorial Crítica PierreVilar 1985 2 Barcelona * VilarPierre Historia de España. Editorial Crítica 178 1996