Global Journal of Human Social Science -Year 2020

Table of contents

1. Introducción

s conocido cómo la política llevada a cabo por Felipe V, implicó a un centralismo político y económico que hizo que el conde de Anjou se convirtiera, como afirmaba un memorialista inglés en 1760, "en el primer monarca completo de España". 2 Sin embargo, como han recordado recientemente Rafael Torres y Pepijn Brandon "the tendency in the literature to associate state centralization automatically with a diminishing role for military entrepreneurs needs serious revision. In many cases, the strengthening of the Eighteenth Century central states depended on and extended the opportunities for the involvement of capitalism elites in the business of war". 3 En este sentido el debate sobre el centralismo del Estado está plenamente abierto y todavía conocemos poco las formas en que se organizó el gobierno de Felipe V durante los años inmediatamente posteriores a la Guerra de Sucesión. Lo ha dicho con claridad para el caso catalán Josep María Delgado, que considera que "está aún por cuantificar el gasto efectuado por el ejército y la marina durante sus estancias en Cataluña" así como "los beneficios que obtuvieron asentistas, comerciantes y artesanos". 4 Christopher Storrs ha dado un paso más allá en estas reflexiones, y no duda en afirmar que para los primeros años del gobierno del primer Borbón en España, el papel del Estado en la economía "ha sido bastante ignorado". 5 Desde esta perspectiva, el estudio de cómo el Estado borbónico abasteció a tres expediciones que se llevaron a cabo entre 1715-1720 se convierte en un tema relevante. Nos puede ayudar a entender mejor tanto los efectos positivos y negativos que tenían sobre la población local como comprender con mayor precisión el funcionamiento del Contractor-State durante estos años tan complejos. Rafael Torres, ya puso de manifiesto la amplitud de campos económicos que la Corona contrató para el abastecimiento de tropas. 6 El vizconde de Puerto explicaba en sus Reflexiones militares todos lo que era necesario: "cañones y morteros, sus armas, ajustes, más adherencias y municiones, instrumentos de levantar tierra, y cortar fajina, sacos grandes y chicos, fusiles de reserva, granadas, mecha, piedras, pólvora, balas de fusil, barcas de puente, machos y carros para transportar estos y otros pertrechos que aquí no se mencionan". 7 La historiografía tradicional ha tendido a focalizar su atención en los grandes asentistas que proporcionaban este tipo de equipamientos necesarios. 8 Más allá del debate sobre si al Estado le resultaba más beneficioso el recurso a ellos que no un control directo, 9 cabe preguntarse si ellos fueron los únicos que se beneficiaban y cómo actuó el gobierno de Felipe V para llevar a cabo estas expediciones con éxito cuando aún no estaban asentadas las nuevas estructuras del control del gasto de Haciendo que se implementarán a partir de la década de 1720. 10 En un artículo donde se estudiaba la conquista de Menorca en 1782, Rafael Torres afirmaba que esa expedición "marca un punto de inflexión en la geoestrategia de movilización de recursos para la guerra". El hecho que se escogiera Cádiz como punto de partida y no Barcelona, ciudad mucho más cercana, demostraba que "la movilización de recursos era una cuestión política, en la que era el gobierno quien podía modificar la geoestrategia y quién, en definitiva, daba el valor exacto a cada recurso". 11 Es decir, el coste económico real ya no era un elemento determinante a la hora de decidir el puerto de partida de una expedición. Tradicionalmente, tal como han destacado Richard Harding y otros autores, la distancia, era un elemento clave a la hora de escoger el lugar donde se reunían los materiales necesarios para una expedición, pues ello suponía un abaratamiento de los costes por los ahorros que se derivaban del transporte. 12 A ello cabe añadir la existencia de un hinterland rico que abaratase los costes. 13 Partiendo de estos planteamientos nos formulamos cuatro preguntas a las que intentaremos responder en las siguientes líneas: ¿Realmente la distancia y el coste económico es la principal razón que explica los puntos de partida de las expediciones anteriores a 1781? ¿Cómo afecta a la ciudad escogida y a su hinterland la organización de una expedición militar? ¿se pueden establecer algunos rasgos comunes entre ellas? ¿Qué grupos sociales se benefician de una expedición?

Para responder a estas preguntas, después de una muy breve contextualización histórica, nos vamos a centrar especialmente en el análisis de tres casos similares que sucedieron durante los primeros años del gobierno de Felipe V después de la Guerra de Sucesión: las expediciones para la conquista de Mallorca (1715), Sicilia (1718) y Ceuta (1720). Las dos primeras partieron de Barcelona, la tercera lo hizo desde Cádiz.

2. II.

3. Contexto Histórico

Es conocida la difícil situación en que se encontraba la Corona Española tras el fin de la guerra de Sucesión (1714), con la pérdida de la influencia en el Mediterráneo, y la difícil defensa de sus ciudades africanas, siempre amenazadas por los musulmanes. 14 No es este el lugar para hacer una descripción minuciosa de la historia de cada una de las tres expediciones, pero sí resulta necesario hacer una breve explicación de ellas para entender mejor el contexto político en que se produjeron.

Sobre la expedición de Mallorca se conservan numerosas relaciones de contemporáneos, 15 a lo que hay que añadir los estudios de Eduardo Pascual. 16 Si bien en el Convenio del Hospitalet del 22 de junio de 1713 ya se estipulaba que las tropas austríacas debían abandonar Mallorca, 17 el virrey de la isla, marqués de Rubí, se negó a hacerlo. No fue hasta enero de 1715, una vez sometida la ciudad de Barcelona, cuando Felipe V decidió que la conquista de la isla era un objetivo militar prioritario. La isla se había convertido en refugio de los últimos austriacistas catalanes y, bajo la dirección del virrey, había tenido un papel clave en el avituallamiento de Barcelona durante el pasado asedio de 1713-1714. 18 La urgencia por hacerse con el control de la isla por parte de Felipe V se explica por la necesidad de evitar que el emperador Carlos VI enviase tropas de refuerzo, lo que dificultaría enormemente su conquista. En Mallorca había 2.142 soldados, 19 y la expedición, liderada por el general Asfeld, contaba con casi 11.000 soldados de infantería y 1.000 de caballería. 20 Después de numerosas dificultades que retrasaron varios meses la fecha de partida de la expedición, ésta abandonó el puerto de Barcelona camino de Mallorca el 8 y 10 de junio de 1715. El 3 de julio los restos de las tropas austríacas que había en la Isla se rindieron y se firmó un armisticio. 21 La expedición Sicilia tiene un contexto político netamente diferente. Recientemente hemos podido explicarla con cierto detalle. 22 Su organización cabe entenderla dentro de la nueva política expansionista de Felipe V, liderada por el cardenal Alberoni y que tenía como finalidad recuperar el dominio del Mediterráneo para la Corona Hispánica, perdido en los tratados de Utrecht. Núria Sallés ha explicado con acierto el debate diplomático que hubo entorno a la conveniencia de su ejecución. 23 La expedición conllevó un nuevo conflicto militar internacional que enfrentó a Felipe V contra la Cuádruple Alianza (Inglaterra, Francia, Austria y Holanda). El fracaso de la expedición, bien narrada por diversos contemporáneos del momento, 24 tuvo entre otras consecuencias la caída del mismo Alberoni. Las dimensiones de la expedición fueron mucho mayores que las de Mallorca. Francesc de Castellví afirmaba que en ella estaba todo "tan bien dispuesto y abastecido que desde Felipe II no se había visto en España mayor ni igual". 25 Según nuestros cálculos, la expedición estuvo formada por 34.341 soldados de infantería, a los que habría que añadir unos 6.000 que formaban los batallones de caballería y de dragones. 26 La expedición empezó a prepararse, como constata el marqués de la Mina, desde el otoño de 1717, cuando "entraban cada día en el puerto de Barcelona bastimentos de los demás de España y los de afuera, unos con trigo, cebada y otros efectos (?), se juntaban municiones, se adelantaba el tren de artillería de batir y campaña, se hacían vestuarios con fatiga incesante". 27 El 19 de junio de 1718 la flota partía de Barcelona hacia Sicilia, donde llegaba el 4 de julio, ocupando Mesina. 28 Lo que sucedió después, con la derrota de la armada hispánica en Cabo Passaro ante los ingleses liderados por el general Byng, es conocido y no podemos detenernos ello. 29 El caso de la flota que partió del puerto de Cádiz para romper el asedio a que estaba sometido el presidio de Ceuta en 1720, presenta un contexto geopolítico completamente diferente. El sultán de Marruecos, Moulay Ismail Ben Sharif, tenía asediada la ciudad desde 1694, situación que continuó hasta 1727, cuando abandonó definitivamente el proyecto. 30 En 1720 la situación de Ceuta era crítica. Felipe V decidió encargar al marqués de Lede una expedición con el fin de destruir las defensas marroquíes que asediaban la ciudad y avanzar en las conquistas tierra a dentro para asegurar una zona de seguridad. Según los datos conservados en el Archivo General de Simancas, la expedición contaba con 16.000 soldados, 12.000 de infantería y 4.000 de caballería. 31 Los barcos partieron de Cádiz, la bahía de Gibraltar y Málaga. El 4 de noviembre el marqués de Lede escribía por primera vez desde Ceuta a Felipe V, el día 16 empezaron los ataques para romper el cerco. 32 El resultado fue un éxito. Se destruyeron todas las defensas marroquíes. Sin embargo, los problemas de abastecimiento de las tropas expedicionarias y las enfermedades forzaron el retorno de la flota a finales de febrero de 1721. El 4 de marzo fue el último día en que Lede escribió a Felipe V desde Ceuta informando del estado de las tropas. 33 Como hemos podido ver, las tres expediciones se enmarcan en contextos geopolíticos diferentes: la necesidad de asegurar la defensa de la península frente a la amenaza austríaca (Mallorca), el interés por recuperar la hegemonía política en el Mediterráneo (Sicilia) o el mantenimiento de la presencia militar en África (Ceuta). Las diferencias entre ellas también son notables en cuanto a lugares y cifras: tanto la expedición de Mallorca de 1715 como la de Sicilia de 1718 parten de Barcelona, ciudad conquistada en 1714. La de Ceuta de 1720, en cambio, salió desde tres puertos andaluces (Cádiz, Bahía de Gibraltar y Málaga). El tamaño de cada una de las expediciones fue diverso: para Mallorca se embarcaron unos 11.000, soldados, para Sicilia 40.000 y para Ceuta unos 16.000. Sin embargo, el interés de su estudio radica no en estos elementos, sino en su funcionamiento. Se tratan de tres expediciones que se hacen en el plazo de 6 años (1715-1720), bajo una monarquía que está empezando a definir sus estructuras estatales centralizadoras. 34 Las tres parten precisamente de las zonas peninsulares que en aquellos años tenían acantonados más soldados: Cataluña y Andalucía. Según datos de Francisco Andújar, en 1717 había unos 19.000 soldados en Barcelona y unos 5.000 en Andalucía. 35 El tamaño de las expediciones hizo que, en los tres casos, el número de soldados acantonadas en cada provincia aumentara de manera clara. Este hecho necesariamente tuvo unos efectos sobre la ciudadanía, ya fueran de carácter coercitivo o económico. Si Cataluña tenía acantonados 19.000 soldados en 1717, en 1718, con la expedición, esta cifra se dobló hasta llegar a los 40.000. En Andalucía la cifra se triplicó, pasando de unos 5.000 a unos 16.000. No podemos olvidar que la presencia de numerosas tropas en una región generaba múltiples conflictos con la población civil y un aumento del malestar. 41 Pero, a la vez, también se podían producir algunos efectos económicos de carácter positivo, pues resultaba necesario alimentar, vestir y equipar a las tropas. 42 Por otro lado, el cuadro también muestra los esfuerzos globales y la importancia de cada una de las expediciones. La expedición de Sicilia supuso un notable esfuerzo para la Corona, que movilizó casi al 90% de todos sus efectivos en ella. No sucedió así con las de Mallorca, que no llegó al 50%.

4. III.

El Abastecimiento De Las Expediciones: La Teoría Aparentemente estos grandes campos de abastecimiento estaban cubiertos por los principales proveedores navarros, madrileños y andaluces: Goyeneche y Valdeolmos controlaban los víveres en 1718, 43 así como la jarcia y la brea; 44 García Asarta, otro navarro vinculado con Goyeneche, el vestuario, 45 Antonio Puche las raciones de marina. 46 La pólvora inicialmente estuvo en manos de Jean Duplesis, quizá el último de los grandes asentistas franceses que quedaban en la península, 47 pero luego pasó a un monopolio casi exclusivo de otro navarro, Miguel Aldecoa. 48 A la vez se percibe la presencia de grandes asentistas vascos, como Juan Prieto de Aedo 49 y el ascendente grupo de Pedro Aguirre. 50 Ahora bien, ¿fueron estas las únicas personas a las que recurrió la Corona a la hora de abastecer a sus tropas para las expediciones que organizó entre 1715-1720?

Fijemos nuestra atención en la metalurgia, que afecta tanto al sector armamentístico como al naval. Tanto en las expediciones de Mallorca como en las de Sicilia y Ceuta, la Corona hizo informes en los que se establecían los lugares de dónde debían proceder las armas, la pólvora, las balas y todos los materiales necesarios. La planta tenía en cuenta tanto las existencias en el lugar de partida del convoy como los productos que se debían comprar o fabricar. Lo que nos interesa analizar aquí no son las cifras absolutas, pues lógicamente la demanda en Sicilia fue mucho mayor que las de Mallorca y Ceuta, si no las relativas. Es decir: qué % de un producto se conseguía en el lugar de la expedición y qué % procedía de otros lugares de España o del extranjero. Esta información la hemos recogido en los siguientes cuadros. Los datos muestran que el 73% de los productos vinculados a la industria armamentística y (excluidos los fusiles) y naval de la expedición de Mallorca de 1715 estaban o se iban a fabricar Cataluña. Una cifra similar a la gran expedición de Sicilia de 1718 (70%) y ligeramente inferior al 75% de los productos proceden de Cádiz que se iban a enviar a Ceuta. Los datos son importantes en el caso de Barcelona. Es conocido que en Cataluña había una floreciente industria armamentística y ya hemos mencionado la presencia de fuertes contingentes militares en la región. 51 Sin embargo esto no era suficiente. En el caso de Mallorca, nos encontramos con que Cataluña estaba agotada después de la Guerra de Sucesión, y con una total escasez de pólvora, que tuvo que venir de Francia y otros lugares de España. 52 No por casualidad, el año siguiente, en febrero de 1716, encontramos que la Intendencia catalana hacía un contrato con Miquel Jaumar para hacer obras en un molino de pólvora y reactivar la producción local. 53 La situación cambió de manera notable tres años después. En la expedición de 1718 se consideró que Cataluña podía producir el 23% de toda la pólvora necesaria, el 53% procedía de diferentes provincias de la Corona (Valencia, Alicante, Andalucía y Navarra) y sólo el 24% procedía del extranjero. En el caso de Ceuta, la situación era claramente mejor: el 45% de la pólvora estaba en Cádiz y el resto procedía de Alicante. Ya no resultaba necesario recurrir a la compra de pólvora en el extranjero, lo cual puede ser indicativo de las mejoras a la hora de crear una política autosuficiente por parte de la Corona. 54 Con las balas, si bien hay algunos puntos comunes, la situación es muy dispar en las tres expediciones. En el caso de Mallorca, la más pequeña de las tres expediciones, todas las balas debían de proceder de las existencias en Cataluña, a lo que cabe añadir que ya había un contrato con Lucas Garrido para proporcionar las balas y perdigones que se le pidieran. 55 La cifra en números absolutos, sin embargo, no era muy grande: 11.000 balas de artillería. En cambio, en la expedición de Sicilia, sólo el 26% de las balas proceden de Cataluña. Para el resto se recurre a la producción del norte peninsular, además de una importante adquisición en el extranjero (37%). En total de balas que se contabilizaban para esa expedición era de 107.800 balas. Era muy difícil que Catalunya en 1718, todavía con las infraestructuras defensivas y económicas dañadas por la Guerra de Sucesión, pudiera proporcionar una cantidad tan grande de munición. 56 La situación fue netamente diferente en la expedición de Ceuta. El 100% de balas procedían de Andalucía, la mayor parte de las cuales, el 75%, se encontraban o se fabricarían en la propia Cádiz. Finalmente, también se pueden hacer comparaciones con las granadas. Se observa una evolución similar a la balería. En la expedición de Mallorca se previó que Cataluña debía aportar el 48 % de las granadas necesarias y el resto tenían que proceder de la fábrica de Eugi. Tres años después, el cambio era notable. El 61,5% estaban o se fabricarían en Cataluña y el 38,5% en Navarra. Ello es indicativo del aumento de inversión en Cataluña y el progresivo desarrollo de la provincia como uno de los principales productores armamentísticos de la Corona. Todos estos datos ponen de manifiesto que sin duda la existencia de centros productores de armas era un elemento importante pero no determinante a la hora de escoger el punto de partida de una expedición durante esos años. Para invadir Mallorca, no había pólvora en Cataluña, y sólo la mitad de las granadas y bombas necesarias. En el caso de Sicilia, el 77% de la pólvora, el 75% de las balas y la totalidad de las bombas procedían de fuera de la provincia. En el caso de Ceuta, destaca que el 55% de la pólvora no se encontraba en Andalucía.

Por otro lado, también se observan similitudes en las tres expediciones a la hora de determinar qué productos se tenían que fabricar en la ciudad de partida. Eran productos que no estaban allí y que se contaba que se encargaría su fabricación a los comerciantes locales. Las plantas de las expediciones lo decían de manera explícita. Para Mallorca se considera que los ajustes de mortero, las herramientas de gastadores, la cuerdamecha así como otros géneros "Se darán en Barcelona". 57 Respecto a la de Sicilia se confirma que "se han dado órdenes al intendente de Cataluña des del mes de diciembre para que prevea el sobredicho cordaje" así como "la prevención de todos los géneros y adherentes de los sobre dicho y de lo que pudiere faltar". 58 En el caso de Ceuta, por ejemplo, se ordenaba que todos los cordajes y complementos de artillería y gastadores "se previenen en Cádiz". 59 Comprobamos que en los tres casos son prácticamente los mismos: avantrenes, clavos, complementos del tren de artillería, instrumentos para los navíos como palas, cordajes, sierras, hachas, etc. Es decir, en la selección del punto de partida de una expedición, se tenía en cuenta tanto la existencia de abastos como la posibilidad de fabricar allí los productos necesarios. Ello tenía sin duda consecuencias positivas para los comerciantes y artesanos locales. ¿Quién fabricó estos productos si no eran los grandes asentistas? La respuesta se haya en una multitud de pequeños comerciantes y artesanos. El caso de Sicilia lo ilustra de manera muy clara.

Cuadro n. 7 Son productos que habitualmente no tenemos en cuenta en nuestros estudios sobre el abastecimiento del ejército, pero que son fundamentales tanto para el sector armamentístico como el naviero y el vinculado a la reparación. Son cantidades pequeñas, pero sumadas adquieren valores muy considerables que a veces pasan desapercibidos. Hemos de profundizar en ellos pues tiene una importancia fundamental para el correcto funcionamiento de una empresa militar. Lógicamente, esto no es una realidad exclusiva de Sicilia. Algo similar sucedió en las expediciones de Mallorca y Ceuta. El 1 de enero de 1715 se hacía un contrato con Sebastián Bonet para que cortase y transportase madera para la artillería hasta el 28 de abril, fecha muy cercana a la partida de la expedición. El coste del contrato ascendía a 110.027 rv., cifra notablemente superior al contrato de Jacinto Valls. 60 Para el caso de Ceuta, una cuenta de materiales necesarios fechada el 2 de octubre de 1720, constataba que se necesitaban 669 las sillas para la caballería. En el almacén de Sevilla había 517 (208 nuevas y 309 arregladas), pero faltaban 152 sillas que fueron encargadas a artesanos locales de la ciudad. 61 En una carta del marqués de Lede fechada el 26 de enero de 1721 desde Ceuta, solicitaba que desde Cádiz se "embarque madera, hierro y maestros para renovar y recomponer las cureñas de toda la artillería de la plaza". 62 Lógicamente, las personas que iban a proporcionar estos materiales eran carpinteros y herreros, es decir: los mismos grupos sociales que hemos visto en las anteriores expediciones.

5. IV.

6. Otros Abastecimientos: Armas Y Víveres

Los datos que hemos recogido hasta el momento no engloban todos los elementos necesarios para una expedición. Otros campos claves son los referentes a las armas de la infantería (fusiles, lanzas, bayonetas) y el abastecimiento de víveres. En el primer campo no había un asentista único. Si bien la fabricación de armas en Plasencia (armas de fuego), Eugi (balería), Tolosa (armas blancas) y La Cavada (artillería de gran calibre) era considerable, no daba abasto a toda la demanda necesaria para estas expediciones. 63 Resultaba necesario recurrir a fabricación local de los pequeños artesanos, originarios de los gremios del siglo XVII. El siguiente cuadro recoge algunos contratistas de armas a los que se recurrió para la expedición de Sicilia. Hemos incluido en ella también la balería.

Cuadro n. 9: Contratista de armas catalanes para la expedición de En mayo de 1718, la Corona ya había ordenado al asentista de La Cavada, la fabricación de todos los fusiles posibles y para ello había pagado 64.000rv. 64 El cuadro nos muestra que la producción catalana en 1718 tuvo una importancia considerable, y en ella participaron personas de categorías sociales muy diversas: armeros, herreros o cuchilleros. Las cantidades pueden parecer pequeñas (3.000 fusiles, 400 fusiles, 2.000 bayonetas, 750 quintales de balas de plomo) pero, una vez más, la suma total supone ingresos importantes que revertían directamente en beneficio de la provincia. 65 De manera semejante a lo que sucedía con los complementos de la artillería, parece claro que la organización de una expedición, suponía un estímulo económico para algunos sectores de locales. El mismo proceso se observa para Mallorca y Ceuta, si bien se han conservado menos datos. En el caso de la expedición de 1715, sabemos que los días 13 y 15 de enero se firmó un contrato con todos los "maestros cañoneros, llaveros y encepadores" de Ripoll, Barcelona y Manresa para la producción exclusiva de fusiles para el ejército, pagándose 47 reales por fusil. 66 En el caso de Ceuta, ya desde un principio se consideró que la provincia no era capaz de proporcionar todas las armabas de fuego y armas blancas necesarias Por esa razón, el 12% de ellas se hizo en La Cavada, el 13% en Plasencia y el 28% se compró en Holanda. Sólo el 47% se encontraba en Cádiz o se fabricaría allí. 67 Estos datos nos muestran que la selección de un punto de partida de una expedición no viene determinada exclusivamente por la riqueza y la facilidad de abastecimiento, si no también por su capacidad de producir las carencias de los grandes asentistas.

Los víveres no son una excepción a esta regla. Una primera lectura nos diría que la Corona encargó su gestión a los grandes asentistas. Josep Milans fue el asentista general del pan de munición de la expedición de Mallorca, 68 la compañía de Goyeneche lo fue en la de Sicilia 69 y José Aguirre en Ceuta. 70 A ellos habría que añadir la importante figura de Antonio Puche, que aparece vinculado al asiento de raciones de marina tanto en la expedición de Sicilia como la de Ceuta. 71 Sin embargo, la documentación de las tres expediciones muestra que la Corona combinó el recurso a los asentistas con la gestión directa de los víveres a través de los diferentes intendentes de cada provincia. En el caso de Mallorca, una carta fechada el 14 de diciembre de 1714, ordenaba a los superintendentes de Granada y Murcia que "se aplicaran y desde luego y sin la menor dilación a comprar y embargar los de mayor cantidad de trigo y cebada que pudieren en los lugares y puertos de sus distritos". Los de Murcia y Valencia también tenían que conseguir "sin la menor dilación 150.000 raciones de marina completas (?) entendiendo por raciones completas además del bizcocho, el vino, carne, pescado, queso, arroz aceite y vinagre". 72 En el mes de febrero de 1715 se pedían granos de los almacenes de Cartagena y Almería, pues "los nuevos asentistas no tienen presentemente forma alguna de proveer". 73 Es decir, se ve con claridad que en situaciones de urgencia el asentista no podía dar respuesta a la demanda. En el caso de Sicilia, hemos podido constatar el mismo proceso, con la diferencia que la Corona, en vez de recurrir a los superintendentes de cada provincia, contrató directamente a empresarios catalanes y de otras nacionalidades para proporcionar los víveres necesarios de las tropas. En el siguiente cuadro hemos recogido algunos de los principales contratos que se hicieron.

Cuadro n. 10 Las cantidades que se encargaron a estos productores locales no fueron pocas, y en algunos casos su coste fue muy alto. Ejemplos de ello son los 310.173rv. que se pagaron a Josep y Jaime Duran, o los 150.147rv que se entregaron al empresario francés Nicolás Grebán por las raciones de marina. Se ve con claridad que una parte importante de ellos fueron artesanos catalanes. A estos elementos, se podría añadir todavía los derivados de la fabricación de embalajes para el transporte de los productos. No nos podemos detener en ello. Solo constatar que hemos encontrado al menos 16 pagos a 13 personas diferentes vinculadas al transporte y embalaje. El coste total de todos estos pagos asciende a 519.010rv. 74 De estas 13 personas, al menos 7 eran catalanes, entre los que se encuentran sogueros (Josep Besora), boteros (Antonio Valldejuli), carpinteros (Andreu Samsó), horticultores (Francisco Amat) y ciudadanos honrados (Josep Matas). Todos proporcionaron productos como cubas de agua y vino, aros y botas de diferentes calidades, sacos de cáñamo y otros materiales, cántaros de tierra, etc. 75 En esta dinámica Ceuta no es una excepción. La Corona desde un principio estableció que otras provincias proporcionasen los alimentos necesarios para la expedición. Se calculaban que se tenía que proveer la subsistencia de 16.000 hombres durante 100 días. Para ello, Sevilla, Sanlúcar, Cádiz, Tarifa y otros lugares de la costa debían proporcionar harina para hacer 1 millón de raciones de pan, así como la cebada y la paja necesaria. Respecto a las raciones de marina, se calculaba que también eran necesarias 1 millón. De ellas, dos terceras partes tenían que proceder de Sevilla, Cádiz y Tarifa y el resto de Málaga. 76 Además, en Cádiz se tenían que fabricar 1.000 pipas llenas de agua, así como 4.000 cantimploras. Lógicamente todo esto fue encargado a los comerciantes locales.

V.

7. El Abastecimiento De Las Expediciones: La Hora De La Verdad

Hasta el momento hemos podido ver cómo la organización de una expedición era mucho más compleja de lo que parecía en un primer momento. Los sectores sociales implicados eran muy variados y no se reducían a un grupo pequeño de grandes asentistas. Todo esto sobre "el papel" quedaba muy bien, pero cabe preguntarse si se llevaban a cabo esas órdenes tal como se dictaban. La documentación conservada de las tres expediciones nos muestra que, a la hora de la verdad, la realidad distaba mucho de ser la que se tenía en la Corte de Madrid. 77 En una fecha tan temprana como el 4 de febrero de 1715, dos meses antes de la partida teórica de la expedición, Asfeld escribía a Fernández Duran pidiendo un aumento del dinero para comprar víveres, pues los "nuevos asentistas no tienen presentemente forma alguna de proveer". Además, se habían "consumido los granos de estos almacenes y no habiendo lo que ha de venir de Cartagena y Almería, es imposible continuar la subsistencia de las tropas (?) sin aumentar el caudal" (y sin recurrir a nuevos contratistas). 78 A principios de marzo Asfeld insistía en la falta de moneda para pagar a las tropas francesas. 79 El 23 de marzo, Antonio Puche, asentista del tren de artillería recordaba que se le debían 100.000rv. Tenía listo un cargamento de grano y cebada pero que, sin el dinero, no podía pagar a los transportistas. 80 Ante la incapacidad de llegar a tiempo para la fecha de partida, el 5 de abril la Corona comunicaba al general que se retrasaba el embarco de tropas. 81 Con la expedición a Sicilia, debido a su gran tamaño, los imprevistos fueron mucho mayores. Para paliarlos se recurrió a la producción local con una intensidad inusitada. El 14 de marzo de ese año 1718 la Corono encarga Salvador Mallol, carpintero, que reparase los 6.000 fusiles que habían llegado de Cádiz en mal estado. 82 Por las mismas fechas se pedía al armero Antonio Robinat que arreglase "3.321 escopetas inútiles que se hallaban en Lérida", algo que también se había solicitado a Pedro Daumon para las que había en Tortosa. 83 José Pedrajas, Capitán General de Cataluña, protestaba a Felipe V porque "lo que se dio por existente se halla faltar en los almacenes. Los más porque efectivamente no se encuentran en ellos y los otros hay parte se hallan inservibles por mal conducidos y parte necesitan componerse y renovarse con no poco dispendio". 84 No por casualidad, a finales de marzo se contrataba la fabricación de 2.000 bayonetas al gremio de los cuchilleros de Barcelona, ya que no era cierto que hubiese bayonetas en los almacenes de las atarazanas de Barcelona, tal como se indicaba desde Madrid. 85 A principios de abril la Corona conoce la falta de jarcia, razón por la cual, "se han dado órdenes al intendente de Cataluña desde el mes de diciembre para que prevea el sobredicho cordaje". 86 Josep Besora se hizo cargo de la fabricación de "cordaje, sacos, jarcia, velamen y otros géneros". 87 Se constata, nuevamente, la variedad de las categorías profesionales de las personas implicadas: armeros, silleros, carpinteros, encepadores, encajadores o claveros. Las situaciones eran diversas. Muchas veces era arreglar armas que se encontraban en mal estado en los almacenes, o que se habían estropeado en la travesía marítima desde Cádiz. Cuando en enero de 1718 se encargaba a Josep y Jaime Duran las raciones de armada, ignorando al asentista general, se hacía debido a que eran "géneros que en su almacén faltan [el de Barcelona]". 88 El 30 de enero se encarga a un productor local, Josep Lapeyra, completar las piezas que faltan en 390 vestidos de los regimientos de Henao y Wachop, pues habían llegado sin las prendas necesarias. 89 Las 796 bayonetas que hemos visto antes que se encargaban en enero al cuchillero Francisco Maseras, eran indicativas de dos elementos. Por un lado, que el regimiento de dragones llegaba a la capital catalana sin los pertrechos necesarios, dato significativo de la dificultad de la Corona para equipar correctamente a las tropas. Por otro lado, en el contrato con Maseras se hacía constar que el cuchillero tenía aprovechar para este encargo "la refundición de materiales que se llevan a Barcelona de bayonetas y espadas inservibles". 90 Es decir, el dinero no abundada y había que aprovechar los materiales sobrantes para abaratar costes.

En el caso de Ceuta, la correspondencia entre el marqués de Lede y la Corte de Madrid supone un crudo relato de las carencias militares que la Corona no quería reconocer. A su llegada a Cádiz en septiembre de 1720, Lede no dejó de quejarse a Felipe V de la falta total de medios en la ciudad para la expedición "A mi arribo no había hallado navíos, víveres y demás prevenciones necesarias para poder embarcarme". 91 Sólo había dos barcos disponibles (el Franco y el Aneto). El "Sanguineto hace aguas por muchas partes y no puede servir sin arreglarlo, además de hallarse aún cargado". 92 Además, "El navío "El conquistador" no se halla en estado de navegar ni lo estará tan brevemente, por haberlo hallado muy desgastado y faltar en Cádiz madera para componerlo y se ha enviado a cortar en el monte, por lo cual no hay que hacer caso de él para la expedición." 93 Faltaban embarcaciones de transporte, "portones y otras cosas para el desembarco", entablados, caballerizas, marineros. 94 Incluso comerciantes con suficientes caudales que quisieran asumir las letras de cambio enviadas desde Madrid para pagar a las tropas y los gastos de la expedición. 95 En este contexto, el marqués de Lede confesaba el 19 de octubre a Felipe V que "siento no poder hacer milagros para satisfacer prontamente a sus reales órdenes". 96 Sin embargo, parece que unas semanas después la expedición ya estaba preparada y el 4 de noviembre se recoge la primera carta de Lede desde Ceuta. Eso sí, los problemas no cesaban. Dos días después, se quejaba de la pérdida de navíos por el mal tiempo. 97 Sin duda, todos estos imprevistos hacían encarecer la expedición, pero también es cierto que suponían una fuente de ingresos notable para los artesanos locales. El asentista general no podía dar respuesta rápida a una necesidades no previstas y urgentes. Los armeros, carpinteros, claveros y encajadores de Cádiz sí.

8. VI.

9. El Día Después

Tradicionalmente cuando pensamos en los costes de una expedición valoramos sólo la organización previa de la misma, no su desarrollo y su retorno. Este planteamiento no es acertado, pues no recoge la complejidad del fenómeno. Si bien no podemos extendernos demasiado en este apartado, no olvidemos que, una vez llegado al punto de destino, se exigen hacer obras en el lugar, se necesita reparar barcos y armas estropeadas. Además, luego hay que devolver a las tropas a la península y esto también tiene un coste. De todo ello se beneficiaban los comerciantes locales, tanto los del punto de llegada como los del de partida. En el caso Mallorca, se constata con mucho detalle este fenómeno. Entre agosto y octubre de 1715, cuando el ejército ya estaba instalado en la ciudad, se invirtió en la reconstrucción de la Torres de Santa Margarida, la construcción de un almacén, la reforma del Palacio Real, la adquisición de víveres variados, la reparación de navíos y el retorno de las tropas. Lo podemos ver en el siguiente cuadro. En total un centenar o más de personas se beneficiaron de esta actividad, algunos de ellos, con contratos importantes y recurrentes, como el carpintero Juan Gomila. Lo interesante es que son los mismos grupos sociales que hemos visto antes: carpinteros, herreros, albañiles, sogueros, herreros o toneleros.

Incluyen campos tan variados como la construcción, la reparación de barcos o los víveres. En todos ellos están ausentes los grandes asentistas. Lo mismo sucede con Sicilia. Sin entrar en los gastos que se llevaron a cabo en la Isla, hay que pensar que la expedición supuso el inicio de la guerra entre la Corona Hispánica y la Cuádruple Alianza. En este contexto, Cataluña se convertía en un enclave estratégico. La provincia estaba debilitada por los estragos derivados de la presencia continuada de tropas 98 y con los sistemas defensivos en ruinas. Requerían una inversión urgente, para hacer frente a la amenaza francesa. A ello cabe añadir las actividades de las milicias austriacistas del Carrasclet. 99 Enrique Giménez ha destacado como una de las principales preocupación del marqués de Castelrodrigo fue "la defensa de Cataluña, sobre todo las plazas próximas a la frontera", 100 unas defensas que, según Manuel Arranz, necesitaban ser reforzadas ya que "su eficacia había quedado en entredicho repetidas veces durante los últimos años del siglo XVII". 101 Como era de esperar, los pequeños artesanos locales tuvieron de nuevo un papel clave. En octubre de 1718 el albañil Francisco Torrents se responsabilizaba de las reparaciones en las defensas de Rosas; 102 posteriormente la Corona encargó a la compañía de albañiles de Agustí Cirera la reparación de las fortalezas de Cardona y Berga (noviembre), Castellciutat y Girona (diciembre). 103 De hecho, la acumulación de tropas en Barcelona y sus alrededores para preparar la expedición de Sicilia también había tenido efectos sobre la ciudad. En enero de 1718 un rayo destrozó parte de las atarazanas, punto clave en los preparativos, y Josep Borrás se encargó de arreglarlo. 104 Además había que arreglar el faro, limpiar la acequia, habilitar nuevos cuarteles y ampliar los almacenes de paja. El carpintero Josep Bonet se encargó en febrero y mayo del almacén de paja y los nuevos cuarteles, 105 Josep Borrás del faro 106 y Francisco Torrent de limpiar la acequia. 107 En Ceuta sucedió lo mismo si bien conservamos menos datos. La correspondencia del marqués de Lede pone de manifiesto que una vez allí tuvo que mejorar las defensas de la ciudad y que necesitaba víveres y más fusiles. Entre otras cosas se quejaba del mal estado de los cañones y las cureñas de la Ceuta, por lo que solicitaba "que se embarque madera, hierro y maestros para renovar y recomponer las cureñas de toda la artillería de plaza". 108 Podemos deducir perfectamente quién se encargó de estas reparaciones.

10. VII.

11. Algunas Valoraciones

Llegados a este punto, quizá haya que replantearse o matizar la reflexión que hacía Rafael Torres al considerar que la expedición de Menorca de 1782 supuso "un punto de inflexión en la geoestrategia de movilización de recursos para la guerra". 109 Los datos recogidos en este trabajo muestran que la distancia y el coste económico no eran siempre un criterio a la hora de seleccionar el puerto de partida de la expedición. Tanto en el caso de Barcelona como en el de Cádiz, hemos visto que una parte importante de los productos necesarios no estaban en la ciudad y se tenían que traer de otros lugares, lo que aumentaba de manera considerable su coste. Toda la pólvora usada para la expedición de Mallorca procedió de fuera de Cataluña; en Sicilia la pólvora catalana sólo representaba el 23% del total y en Ceuta la pólvora andaluza no llegaba al 45%. Lo mismo sucedía con la balería: la mitad de las bombas y granadas embarcadas para Mallorca eran catalanas, en Sicilia esa cifra era sólo del 25%. Respecto a los fusiles y los víveres también hemos comprobado que una parte importante de ellos no estaban en la provincia de origen, y como regla general se recurrió a la producción de otras regiones peninsulares. Realmente, la cuestión económica no parece que sea un elemento determinante a la hora establecer el punto de partida.

Por otro lado, también se constata que en las tres expediciones hay rasgos comunes. Existen un conjunto de productos que siempre se encargan a los artesanos locales, como los avantrenes, herramientas de artillería y gastadores, complementes metalúrgicos, etc. Casos como el de Jacinto Valls ponen de manifiesto que estos productos, aparentemente de poca entidad, sumados, adquirían dimensiones y costes considerables. A ello cabe añadir toda la gestión de los "imprevistos", que no eran pocos. En ese contexto, también eran los artesanos de la ciudad de origen los encargados de solventar esos problemas, ya que el tamaño de los grandes asentistas no les permitía dar respuesta con la rapidez necesaria. La conclusión resulta evidente: la organización de una expedición supone siempre un estímulo y beneficio económico para la provincia y la ciudad de la que parte la flota. Uno de los criterios determinantes a la hora de fijar el punto de partido no era la existencia de los productos, sino la capacidad de fabricarlos allí en caso de necesidad. Unos beneficios, no lo olvidemos, que continuaban después de la expedición, como hemos podido ver con el caso de Mallorca y Sicilia.

Finalmente, este trabajo ha puesto de manifiesto que los grupos sociales que se beneficiaban de los contratos militares eran mucho más diversificados de lo que habitualmente se consideraba. Más allá de los grandes hombres de negocios y asentistas, existía una amplia constelación de armeros, herreros, carpinteros, boteros, albañiles, silleros, que participaban y se relacionaban con el Estado a la hora de gestionar el abastecimiento militar. Por ello, resulta necesario replantearse las formas que adquiría el contractor-state, y valorar que suponía un beneficio para muchas más personas de las que tradicionalmente se ha dicho.

Figure 1.
Cordajes y mecha 100
Herraduras Oficiales (carpinteros, herreros, armeros) Piedras de chispa 100 81 100 Otras fábricas península 19 Comprado en Francia por el Rey Comprado en Francia por asentista
Ajustes de Pipería 100
artillería y Pólvora 45 55
avantrenes 100 Tiendas 14 86
Balas de artillería 81 9 4,5 3 2,5 Fuente: AGS, SGU, supl. 480, s/f
Bombas 25 4 8 13 25 25
Cañones de artillería 59 5 36
Carros de Transporte 48 52
Géneros
diferentes 100
Granadas de mano 48 52
Herramientas de 41
gastadores Pólvora Avantrenes y ajustes de artillería* 100 Expedición de Sicilia Balas Bombas Cataluña 100 26 0 Vizcaya/ Cantabria 19 Navarra Andalucía 18 33 8 Valencia/ Alicante 1 67 Extranjero 37 67 25 Volume XX Issue IV Version I
Complementos de artillería 100 ( D )
Cordajes 100
Granadas 61,5 38,5
Morteros 100
Piedras de fusil 100
Piezas diferentes (palas, picos, azadas) 33 67
Piezas tren artillería 62 38
Pólvora 23 10 8 35 24
sacos de tierra 100
Pipería variada** 100
Fuente: Fuente: AGS, SGU, leg. 823
Cuadro n. 5: Expedición de Ceuta
Expedición de Ceuta Cádiz Sevilla Cantabria Alicante Málaga Barcelona Madrid
Ajustes de herraduras 6 94
Avantrenes y otros ajustes de artillería 100
Balería de hierro 80 20
Balería de bronce 78 22
Balería de plomo 69 31
Botas de cuero 100
Complementos de artillería 100
Note: Fuente: Fuente: AGS, SGU, leg. 3442 Cuadro n. 4: Expedición Sicilia
Figure 2.
Expedición De Mallorca Expedición De Sicilia Expedición De Ceuta
Barcelona Barcelona Cádiz
Ajustes de artillería Ajustes de mortero Avantrenes
Avantrenes Avantrenes Carros transportes de pertrechos
Géneros diferentes Capazos de tierra Complementos (clavos, estribos, anillos, etc.)
Herramientas de gastadores Carros de transporte Cordajes
Complementos (mazos, 3.000
herraduras, 40.0000 clavos de Espoletas
herraduras, cubos, etc.)
Cordajes diferentes Fragua de herramientas
Espoletas Instrumentos de artillería
Instrumentos de artillería Instrumentos de gastadores
Instrumento de gastadores
Morteros
Piezas diferentes
Sacos de tierra
Note: Fuente: AGS, SGU, leg. 822 y 3442, y supl. 476 y 480.
Figure 3.
Cuadro n. 8: Cuentas de Jacinto Valls
Producto Cantidad Productos Cantidad
Sacatrapos 105 Cuchillos 24
Agujas varias 2100 Escoplos 26
Ganchos de fieltro para llevar
bombas 400 Escoplos pequeños 24
Rascadores 67 Tenazas 6
Pies de cabra 200 Capazos 24
Espejes 24 Burletes 6
Tapas 2022 Gafas de tonelador 12
Marrazos 234 Sacafolios 12
Hachas de fieltro 400 Martillos 60
Hachas de 2 manos 2000 Limas 20
Hachas pequeñas 50 Hachas maestras 100 43
Clavos Sierras Sierras cerrajeras 7045 10 10 Hachas con martillo Azuelas COSTE TOTAL 100 20 62.114rv. Volume XX Issue IV Version I
D )
(
Fecha Contratista Categoría social Concepto Coste (en rv.)
29.I Besora, Josep Soguero Cordajes para Sicilia 65.004
16.V.18 Borràs, Josep Carpintero 3942 palos para tiendas 8.975
2.II Febres, Pedro Carpintero Diferentes materiales para artillería 20.584
8.V Godimar, Honorato y cía Carpinteros 2 pontones para desembarco 8.550
2.II Molas, Aloi Herrero 800 quintales de hierro y 778 herraduras 43.518
2.V Puig, Joan y Barnola Tomàs Empresarios 12 tiendas 22.402
2.II Rubio, Josep Carpintero Materiales varios para la artillería 26.626
26.IV Valldejuli, Antoni Botero 2000 cubas de agua y vino 89.998
2.II Valls, Jacinto Herrero Géneros para la artillería 62.114
Fuente: ACA, Manual de Intendencia, 108 y 180
Note: Fuente: ACA, Manuales de Intendencia, vol. 180, fol. 102r.
Figure 4.
Fecha Nombre Categoría social Nación Concepto Coste (rv.)
17.XII.1717 Duran, Josep y Jaume Mercaderes Catalán 60.000 raciones de armada 86.471
1.I -31.VIII.1718 Duran, Josep y Jaime Mercaderes Catalán 1.504 @ de vaca salada completas y otros géneros 200.000 raciones de marina 310.173
15.V.1718 Curada, Lorenzo y Grebán, Nicolás Empresario Catalán Pan de munición para las tropas, por dos años ¿?
20.V.1718 Grebán, Nicolás Empresario Francés Diferentes géneros de boca ¿?
22.V.1718 Grebán, Nicolás Empresario Francés Dar de comer a todos los oficiales de la tropa ¿?
1.I -31.VIII.1718 Grebán, Nicolás Empresario Francés Vino, tocino, bacalao, arroz, leña para la expedición. habichuelas, queso, aceite y 150.147
1.I -31.VIII.1718 Querezaju, Don José Noble Navarro 260 raciones de armada 118.177
1.I -31.VIII.1718 Pellicer, Juan Ciudadano honrado de Reus Catalán 300 raciones de marina 20.735
1.I -31.VIII.1718 Juanes, Antonio Desconocido Arroz, botas y vino 7.932
1.I -31.VIII.1718 Más, Francisco Agricultor Catalán Géneros varios de víveres 1.871
1.I -31.VIII.1718 Caudier, Juan Desconocido 13 quintales de arroz 586
Note: Fuente: ACA, Manual de Intendencia, vol. 180; AGS, DGT, inv. 7, leg.2, n.32.
Figure 5.
Cuadro n.11: Contratos de reparación para la expedición de Sicilia
Fecha Nombre Categoría social Ciudad Concepto Coste (rv.)
"500 fusiles mensuales con sus
22.XII.1717 Bornio, Josep Armero Barcelona bayonetas", y otras armas que 190.642
arregló y fabricó.
28.III y 8 VI.1718 Mallol, Salvador Carpintero y encepador Barcelona Recomposición de los segundos remitieron de Cádiz. 6000 fusiles vizcaínos que se 9.107
Recomposición de 661 fusiles, 435
14.III y 24.VI. .1718 Canals, francisco Armero Barcelona pares de pistoleas, 300 canteras, bayonetas de 12.000 fusiles que 700 ganchos para completar las 4.005
habían venido de Cádiz.
Recomposición y renovación de
¿? .1718 Reguant, Juan y Cia Armero, clavero y encajador Barcelona 1.000 carabinas rayadas de las que se hallaban en Barcelona fuera de 535
servicio.
15.V.1718 Fanals, Francisco Sillero Barcelona Recomposición de 31 juegos de hallaban inútiles en Barcelona guarnición de mulas que se 232
2316escopetas que se hallaban en
16.VIII.1718 Solú, Jaime Armero Ripoll los almacenes de Gerona, (algunas 40.645
las hizo nuevas, otras las limpió).
Composición de 1035 escopetas
12.VIII.1718 Quintana, Juan y cías Armero Manresa que se hallaban en el castillo de Cardona y 7 cañones que puso
llaves y cajas nuevas.
1

Appendix A

Appendix A.1

Cuadro n. 12

Appendix B

  1. , Cfr. AGS, SGU, supl 475. La pólvora francesa provenía de Marsella, Colliure y Perpiñán. La española de Aragón, Alicante y "otras fábricas de España (sin fecha y s/f)
  2. , ACA, Manual de Intendencia 109 p. 179.
  3. , ACA, Manual de Intendencia 106.
  4. , ACA, Manual de Intendencia 180 p. .
  5. fol. 81v.-83r, 180.
  6. , fol. 35v. ACA, Manual de Intendencia 180.
  7. , fol. 2r. ACA, Manual de Intendencia 180.
  8. , ACA, Manual de Intendencia 180 p. .
  9. , ACA, Manual de Intendencia 180 p. .
  10. , fols.75-79. ACA, Manual de Intendencia 180 p. .
  11. , ACA, Manual de Intendencia 180 p. .
  12. , ACA, Manual de Intendencia 180 p. .
  13. ), a lo largo del otoño de 1718 se hicieron obras de reparación de las fortalezas de Rosa, Cardona, Castellciutat y Berga, entre otros. Además, cabe añadir que un año antes, en marzo de 1717, se había hecho la reforma de los baluartes del rey Felipe y La Reina de las murallas de Barcelona (ACA, Como veremos más adelante (vid. Infra. (Real Patrimonio, pleitos, n.1793)
  14. A pesar de los esfuerzos del general para partir hacia finales de marzo o principios de abril, las dificultades de abastecimiento y el mal tiempo retrasaron la fecha de partida hasta el 8 y 11 de junio. Parte de la correspondencia entre Asfeld y diferentes autoridades de la Corte, se pueden consultar en Archivo General de Simancas (AGS), Secretaría de Guerra (SGU), suplemento, 476. Las instrucciones de Felipe V a Asfeld para llevar a cabo la expedición datan del 15 de enero 1715, (De ahora en adelante lo citaremos como AGS, SGU, supl.476)
  15. L'expédition de Majorque de 1715 d'après les rapports des ingénieurs militaires français. A Blanchard . Narraciones Históricas. Madrid: Fundación Francisco Elías de Tejada y Erasmo Pèrcopo, 4 vols, Vv Aa En, Languedoc Majorque, Et Roussillon De L'antiquite A Nòsjouns, Sal Palma: Ed (ed.) 1982. 1997. IV p. 501.
  16. , Aca Fuente , Manual De Intendencia . 180.
  17. , A Dubet . 2015.
  18. , A Dubet . 2015. p. 153.
  19. , A Dubet . 2015. p. .
  20. A Dubet . El gobierno de las haciendas reales hispánicas en el siglo XVIII: dinámicas de los reformismos borbónicos, 2018. 5 p. .
  21. A Dubet . 10.26784/issn.1886-1881.v7i13.117. http://dx.doi.org/10.26784/issn.1886-1881.v7i13.117 ¿Tesorería Mayor o Tesorería General? El control contable de los años 1720: una historia conflictiva, Vid, A Dubet (ed.) 2018. 2010. De Computis. 13 p. .
  22. , Alemany Biblioteca Luis . ZE3-9/415. Palma de Mallorca. Desembarcament a Mallorca ambmotiu de la Guerra de Successió
  23. Diario del sitio y defensa de Barcelona, Anónimo . 2014. Valencia: Tres i Quatre. p. .
  24. Asentistas y fabricantes: el abastecimiento de armas y municiones al estado en los siglos XVII y XVIII. 10.14201/shhmo2013352332. http://dx.doi.org/10.14201/shhmo2013352332 Studia Historica 2004. 2013. 2016. Alcalá Zamora. 35 p. . (J.. González Enciso, A.)
  25. Aun así, es ilustrativo de esfuerzo que supuso la organización de la expedición de Sicilia para la Corona. Cfr. Andújar, F 2015a. p. 230. (Seguramente este % debería ser menor, porque en 1718 se aumentó el número de soldados movilizados)
  26. Historia de la muy noble y fidelísima ciudad de Ceuta. manuscrito 9741, Biblioteca Nacional , A Correa De Franca . p. .
  27. La Familia Milans: comercio y nobleza en al Catalunya del siglo XVIII, Tesis de licenciatura inédita, C Bencomo . 1983. Barcelona. p. 146. Universidad de Barcelona
  28. Subjecció i militarització a la Catalunya del segle XVIII, Cfr , Ll Roura . Albareda, J., (ed.) Del patriotisme al catalanisme (ed.) 2001. Vic: Eumo Editorial. p. .
  29. Spanish Resurgence 1713-1748, C Storrs . 2016. Yale: Yale University Press. p. 177.
  30. , C Storrs . 2016.
  31. , C Storrs . 2016. p. 48.
  32. History of the Reign of Muley Ismael, the Present King of Morocco, London: Printed for A, D ; Busnot , J Bell , Baker . 1715.
  33. , Dgt Ags . (inv. 7, leg. 3, exp. 10)
  34. , Dgt Ags . p. .
  35. Aguirre era el "asentista general de víveres de las tropas y plazas. Dgt Ags . También se encargaba del transporte de los granos,
  36. Una visión general de las cuentas de Antonio Puche se encuentra en AGS, DGT, inv. 7, leg. 2, exp. 26, donde se recogen muchos de los encargos que había recibido de la Corona entre, Dgt Ags . p. .
  37. , Dgt Ags . ACA, Manual de Intendencia 32 (7) p. .
  38. , Dgt Ags . (inventario 7, leg.2, n.32)
  39. Suscinta Memòria de lo que passà. E Dietari Del Siti , .. . Manuscrito: CDH68; Biblioteca del Seminario Conciliar del Barcelona.Mas, 419. Archivo Histórico Municipal de Barcelona (AHMB)
  40. Conflicto armado con Francia y guerrilla austriacista en Cataluña (1719-1720). E Giménez . 10.3989/hispania.2005.v65.i220.143. https://doi.org/10.3989/hispania.2005.v65.i220.143 Hispania 2005. 26 (220) p. 554.
  41. El papel de Mallorca a la hora de abastecer a los sitiados en Barcelona está ampliamente documentado por todos los cronistas del asedio. Por ejemplo se pueden consultar numerosas referencias en: Biblioteca de Catalunya, Anónimo. Anales Consulares-Manuscrito 173. (III)
  42. Els efectes sobre Catalunya de les guerres d'Itàlia (1717-1719). Els Tractats D'utrecht , De La , Pau . La resistència dels catalans, Vid, J M También Torras Ribe (ed.) (Barcelona
    ) 2010. p. 222. Butlletí de la Reial Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona. LII (Museu d'Història de Catalunya)
  43. Cataluña y la movilización de recursos militares para la expedición a Sicilia. E Martí-Fraga . 10.5209/CHMO.63918. http://dx.doi.org/10.5209/CHMO.63918 Cuadernos de Historia Moderna 2019. 1718. 44 (1) p. .
  44. En el caso catalán son conocidos los conflictos que se produjeron por los abusos de las tropas en los alojamientos durante esos años, muchas veces no suficientemente castigados por las autoridades militares competentes. J. M 2010.
  45. , E Pascual . 2012. p. 1179.
  46. Formación e instrucción de la expedición anfibia para la conquista de Mallorca (1715). E Pascual . Revista Universitaria de Historia Militar 2016. 5 (10) p. 47.
  47. Preparativos y disposiciones de Felipe V para la expedición a Mallorca en 1715, E Pascual , E Pascual . En Jiménez Estrella, A. y Lozano Navarro, J. (ed.) 2016. 2012. 2012. II p. . Actas de la XI Reunión Científica de la Fundación Española de Historia Moderna. Granada: Universidad de Granada (Del mismo autor)
  48. La instauración de la monarquía borbónica en España, E San Miguel . 2001. Madrid: Comunidad de Madrid.
  49. Este cálculo se ha hecho a partir de un documento de 1715, sin fecha, titulado. supl. 476. en AGS SGU (Batallones que hay en cada provincia de las tropas de su magestad)
  50. Este dato pertenece a 1717,
  51. Este dato pertenece a 1717,
  52. De la militarización de Cataluña a los espacios de integración, F Andújar . En Mullfulleda, C. y Salles, N. (ed.) 2015a. 2015. p. 230.
  53. , F Andújar . 2015b.
  54. , F Castellví . 1997. IV p. 524.
  55. , F Castellví . 1997. 4 p. 637.
  56. El marqués de San Felipe (Vicente Bacallar y Sanna) pensaba lo mismo: "nunca se ha visto armada más bien abastecida, F Castellví . 1997. 1957. Bacallar y Sanna, V.. IV p. 284.
  57. El artículo referente a la evacuación de Mallorca es el IV, F El Tratado Del Hospitalet Fue Recogido Por Castellví . 1997. II p. 778.
  58. Sobre el centralismo de Felipe V y su nueva forma de gobernar la bibliografía es amplia. Entre otros cfr, Fernández Albadalejo, P. (ed.) 1760. 2001. London: Richardson; Madrid: Marcial Pons. p. 353. (Los Borbones: dinastía y memoria de nación en la Espanya del siglo XVIII)
  59. Francia: intereses dinásticos e intereses nacionales (1701-1733). (PGC2018-097737-B-I00) y del Grup d'estudi de les institucions i de les cultures polítiques (segles XVI-XXI, 2017. Este trabajo se inserta dentro del grupo de investigación España y (SGR 1041), ambos dirigidos por el profesor Joaquim Albareda)
  60. Grupos financieros al servicio del rey de España. Fines del siglo XVII principios del XVIII, J P Dedieu . En Dubet, A., Luis, J.P. (ed.) 2011. 2011. Rennes. p. 90. Presses Universitaires de Rennes (Les financiers et la construction de l'Etat. France Espagne (XVIIe-XIXe siècles))
  61. La Hacienda real de la Nueva Planta (1713-1726), entre el fraude y buen gobierno: el caso Verdes Montenegro. J Cornetet , A Dubet . París: Seuil 2000. 2015. Madrid: Fondo de Cultura Económica de España (La monarchie entre renaissance et révolution 1515-1792)
  62. Historia de la Plaza de Ceuta, describiendo los sitios que ha sufrido en distintas épocas por las huestes del imperio de Marruecos. Madrid: Imprenta española de los señores Nieto y Compañía, J Marquez . 1895. p. .
  63. Después de Utrecht. El impacto de la nueva fiscalidad borbónica sobre la economía y la sociedad catalana del siglo XVIII, J M Delgado . En Mullfulleda, C. y Salles, N. (ed.) 2015.
  64. Poliorcética subterránea de Ceuta: minas y contraminas de los siglos XVII y XVIII. J Ruiz Oliva . En VV.AA. Ceuta en los siglos XVII y XVIII. Ceuta: Instituto de Estudios Ceutíes, 2004. p. .
  65. La Guerra de Successió i elssetges de Barcelona. J.M 2001. p. 352. Este dato es de enero de 1714 (En 1715 era un poco menor. Torras i Ribé)
  66. El 8 de julio de 1720 constata el pago a la Compañía de los financieros Cambí y Spinelli el pago por la compra de pólvora y balería en Portugal para llevarla a Cádiz, Lo Cierto . (AGS, DGT, inv.7 leg.3, exp. 4, fol. 265)
  67. Los conflictos por Ceuta y Melilla: 600 años de controversias. Tesis doctoral inédita. J.L 2015. p. . (Sobre el asedio de Ceuta hay una numerosa bibliografía)
  68. Manual Aca , De Intendencia . fol. 106r. La petición incluía las camisas, las chupas, cinturones y correas de fusil, 180.
  69. , Manual Aca , De Intendencia . 651-657; 646- 651; 657-662. 180 p. .
  70. Manuscrito 10521, parte 1, fols. 73-94 y Bacallar y Sanna. Comentarios a las Guerras de España e historia de su rey Felipe el animoso. Edición publicada en Madrid: Real Academia de Historia, 1957. p. . Biblioteca Nacional de España (BNE)
  71. Los profesionales de la construcción en la Barcelona del siglo XVIII. Tesis doctoral inédita, M Arranz . 1979. Barcelona. p. 1870. Universidad de Barcelona
  72. , Mina , Expedición? . fol. 78r.
  73. La casa, la familia y los negocios en el siglo XVIII: los Borda de Maya (Baztán), M P Andueza . 2005. Príncipe de Viana. 235 p. 368.
  74. Noticia General del Estado en que entra a la expedición de Sicilia la infantería de sus reclutas, por los mismos ejércitos y remplazos?. AGS (Secretaría de Marina, leg. 739, s/f.)
  75. Giulio Alberoni y la dirección de la política exterior española después de los tratados de Utrecht (1715-1719). Tesis inédita. N Sallés . Universidad Pompeu Fabra 2015.
  76. Que nos odien, si también nos temen. El razonamiento estratégico detrás de las campañas de Cerdeña y Sicilia (1717-1718). N Sallés . Vegeta 2016. 16 p. .
  77. Europe or Africa? A Contemporary Study of the Spanish North African Enclaves of Ceuta and Melilla, P Gold . 2000. Liverpool: Liverpool University Press.
  78. Gremios y asentistas del ejército de Cataluña del siglo XVIII" en DD.AA. La ilustración en Cataluña. La obra de los ingenieros militares. Barcelona: Ministerio de defensa, P Molas , M Farga . 2010. p. 128.
  79. La continuación de disparar, las caídas de los soldados y caballos en las marchas, las lluvias que penetran en los pabellones de armas y las balas de los enemigos en el combate estropean todas las campañas gran proporción de fusiles, carabinas y pistolas (?) Es preciso tener siempre cantidad de soldados para aderezarlas en los vecinos lugares. Reflexiones El Vizconde De Puerto Ya Lo Advertía En Sus , Militares . Vizconde de Puerto 1885. (III, cap. IV, p. 345. 78 AGS, SGU, sup. 476, carta del 4 de febrero de 1715)
  80. Las elites vascas?, R Guerrero .
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  82. Administración o asiento. La política estatal de suministros militares en la monarquía española del siglo XVIII. R Torres . 10.14201/shhmo2013352332. http://dx.doi.org/10.14201/shhmo2013352332 Studia Historica 2013. 35 p. .
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  84. The focus on the centralizing state, absolutism and coercion has led to a neglect of collaboration, co-operation and acomodation (?). It seems important to reexamine the contractor-state relationships. R Torres , P Brandon , H Marjolein't . 1080/ 00076791.2017.1379507. Business History Vid. Harding, R. (ed.) 2017. 2012. 2012. En Harding, R. y Solbes, S. (Coords. 60 (1) p. 11. Universidad de Las Palmas (The contractor state and its implications)
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  90. Secretaría de Marina, leg. 739. Vid también Castellví. AGS 1997. IV p. 638.
  91. Secretaría de Marina, leg.739. Entre los cronistas del momento que narran la expedición destaca Castellví, 1997. IV p. . En el Archivo General de Simancas (AGS) ; el Marqués de la Mina, Expedición de Cerdeña y Sicilia (se conserva una valiosa crónica de la expedición)
  92. El dato lo conocemos porque en 1732 todavía la Corona no le había abonado el importe, Secretaría Ags , Superintendencia De Hacienda . leg. 550. 1.
  93. , Sgu Aca . leg. 3442.
  94. , Sgu Aca . 823 p. 1718.
  95. , Sgu Aca . leg. 823.
  96. , Sgu Ags . (supl. 480, s/f)
  97. , Sgu Ags . 480.
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  99. Sgu Ags . Cuenta del 2 de octubre, 480.
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  101. , Sgu Ags . 480. (nota de 19.XII.1720)
  102. 13 de diciembre de 1714 y otra sin fecha, Sgu Ags . 3442.
  103. , Sgu Ags . 475. (carta del 4 de febrero de 1715. Carta de Asfeld a Fernández Duran)
  104. , Sgu Ags . p. 480.
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  106. Sgu Ags . carta del 23 de marzo de 1715, 476.
  107. Sgu Ags . carta del 5 de abril de 1715, 476.
  108. , Sgu Ags . (leg. 823, s/f)
  109. Lugar de donde ha de proceder la artillería, Sgu Ags . 823. (1 de abril de 1718)
  110. , Sgu Ags . 481.
  111. , Sgu Ags . 481.
  112. , Sgu Ags . 481.
  113. , Sgu Ags . 481.
  114. , Sgu Ags . 481.
  115. , Sgu Ags . 481.
  116. , Sgu Ags . 481. (cartas del 4 y 6 de noviembre de 1720)
  117. Sgu Ags . Carta del 26 de enero de 1721, 481.
  118. Si bien no siempre se puede calcular el coste de todos los contratos recogidos en este cuadro se constata que la Corona invirtió en Cataluña al menos 387.656rv. por la fabricación de estas armas,
  119. Cataluña: armería de los borbones. Sobre , R Martí . Las armas y los armeros de Ripoll, (Barcelona, Manresa; Barcelona
    ) 2004. Salvatella. (Igualada de 1714 a 1794)
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  121. Sobre la jarcia la referencia indiscutible es Díaz Ordóñez, M, 2010.
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  126. Historia de Marruecos. De los orígenes tribales y las poblaciones nómadas a la independencia y la monarquía actual, V Morales Lezcano . 2016. Madrid: La Esfera de los Libros
  127. Reflexiones militares. Madrid: Publicaciones de la Revista Científico Militar, Á Navia Ossorio . Libro III, capítulo, IV. p. 343. (vizconde de Puerto). (1885))
Notes
1
La Capacidad De "No Poder Hacer Milagros": Reflexiones Sobre El Abastecimiento De Las Expediciones De
Date: 2020-01-15